La vela adaptada, se inició paralelamente, en diferentes países europeos, como respuesta a la necesidad de proporcionar actividades de reintegración a personas con discapacidades trás la Segunda Guerra Mundial, Vietnam etc. Más adelante, su propagación fue en aumento, hasta su reconocimiento en los juegos paralímpicos. La vela proporciona un marco perfecto para que el navegante con capacidades especiales contacte con la naturaleza, en un escenario alejado de su entorno habitual. Además, es una actividad que equipara a navegantes con o sin discapacidades.
La vela adaptada es el único deporte en el que tienen cabida personas con distintas discapacidades (físicas, intelectuales, sensoriales,...), distinta edad, distinto sexo, lo que lo convierte en un mecanismo inmejorable de integración social. También es el único deporte donde una tripulación mixta puede participar en el calendario oficial de regatas y, tal como hemos podido demostrar, hacer podium en pie de igualdad con las tripulaciones sin discapacidades. Además, con la satisfacción de competir en un medio sin concesiones, fomentando los aspectos de normalización en un ámbito social que se enriquece con las diferencias, en un marco de encuentro y de relación en igualdad de condiciones.
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